EVANGELIO
&ldquo;&Eacute;l deb&iacute;a resucitar de entre los muertos.&rdquo; 
Del Santo Evangelio seg&uacute;n San Juan (20, 1-9)
El primer d&iacute;a despu&eacute;s del s&aacute;bado, estando todav&iacute;a oscuro, fue Mar&iacute;a Magdalena al sepulcro y vio removida la piedra que lo cerraba. Ech&oacute; a correr, lleg&oacute; a la casa donde estaban Sim&oacute;n Pedro y el otro disc&iacute;pulo, a quien Jes&uacute;s amaba, y les dijo: &ldquo;Se han llevado del sepulcro al Se&ntilde;or y no sabemos d&oacute;nde lo habr&aacute;n puesto&rdquo;. Salieron Pedro y el otro disc&iacute;pulo camino del sepulcro. Los dos iban corriendo juntos, pero el otro disc&iacute;pulo corri&oacute; m&aacute;s aprisa que Pedro y lleg&oacute; primero al sepulcro, e inclin&aacute;ndose, mir&oacute; los lienzos puestos en el suelo, pero no entr&oacute;. En eso lleg&oacute; tambi&eacute;n Sim&oacute;n Pedro, que lo ven&iacute;a siguiendo, y entr&oacute; en el sepulcro. Contempl&oacute; los lienzos puestos en el suelo y el sudario, que hab&iacute;a estado sobre la cabeza de Jes&uacute;s, puesto no con los lienzos en el suelo, sino doblado en sitio aparte. Entonces entr&oacute; tambi&eacute;n el otro disc&iacute;pulo, el que hab&iacute;a lelgado primero al sepulcro, y vio y crey&oacute;, porque hasta entonces no hab&iacute;a entendido las Escrituras, seg&uacute;n las cuales Jes&uacute;s deb&iacute;a resucitar de entre los muertos. 
Palabra del Se&ntilde;or
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REFLEXI&Oacute;N 
Jes&uacute;s ha resucitado de entre los muertos. Junto con el canto del aleluya, resuena en la Iglesia y en todo el mundo, este mensaje: Jes&uacute;s es el Se&ntilde;or, el Padre lo ha resucitado y &Eacute;l vive para siempre en medio de nosotros. &Eacute;l mismo hab&iacute;a preanunciado su muerte y su resurrecci&oacute;n con la imagen del grano de trigo. Jes&uacute;s &ndash;el &ldquo;grano de trigo&rdquo; sembrado por Dios en los surcos de la tierra (Cfr. Jn 12, 24)- muri&oacute; v&iacute;ctima del pecado del mundo. Permaneci&oacute; dos d&iacute;as en el sepulcro, pero su muerte estaba ya presente toda la potencia del amor de Dios, que se liber&oacute; y se manifest&oacute; el tercer d&iacute;a, y que hoy celebramos: &iexcl;la Pascua de Cristo Se&ntilde;or! Nosotros, cristianos, creemos y sabemos que la resurrecci&oacute;n de Cristo es la verdadera esperanza del mundo, aquella que no defrauda. Esta fuerza produce fruto tambi&eacute;n hoy en los surcos de nuestra historia, marcada por tantas injusticias y violencias. Y por eso hoy nosotros pedimos la paz para el mundo entero. Que la luz de Cristo resucitado ilumine en esta Pascua las conciencias de todos los responsables pol&iacute;ticos y militares, para que se ponga fin al exterminio que en tantas partes se est&aacute; llevando a cabo. Que nuestros hermanos en Cristo &ndash;que sufren frecuentemente abusos y persecuciones- puedan ser testigos luminosos del Resucitado y de la victoria del bien sobre el mal. Invocamos por eso tambi&eacute;n frutos de sabidur&iacute;a para los que en todo el mundo tienen responsabilidades p&uacute;blicas, para que respeten siempre la dignidad humana, se esfuercen con dedicaci&oacute;n al servicio del bien com&uacute;n y garanticen el desarrollo y la seguridad a los propios conciudadanos. Tambi&eacute;n a nosotros &ndash;como a las mujeres que acudieron al sepulcro- van dirigidas estas palabras: &ldquo;&iquest;Por qu&eacute; buscan entre los muertos al que vive? No est&aacute; aqu&iacute;. Ha resucitado&rdquo; (Lc 24, 5-6). La muerte, la soledad y el miedo ya no son la &uacute;ltima palabra. Hay una palabra que va m&aacute;s all&aacute; y que solo Dios puede pronunciar: es la palabra &ldquo;Resurrecci&oacute;n&rdquo;. Ella, con la fuerza del amor de Dios, &ldquo;ahuyenta los pecados, lava las culpas, devuelve la inocencia a los ca&iacute;dos, la alegr&iacute;a a los tristes, expulsa el odio, trae la concordia, doblega a los poderosos&rdquo; (Preg&oacute;n pascual). (Cfr. Juan Pablo II, Palabras al t&eacute;rmino del V&iacute;a Crucis, 18 abril 2003). (Sintetizado de: Papa Francisco, Mensaje Urbi et Orbi, Pascua 1&ordm; Abril de 2018). 
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“Él debía resucitar de entre los muertos.” 

Santo Evangelio domingo 31 de marzo de 2024 DOMINGO DE PASCUA

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